jueves, 15 de enero de 2015

Estos momentos, estos momentos...

Acabo de ver Noticias Cuatro, un informativo presentado por Miguel Ángel Oliver y que opta a ser "de autor", un formato que se ha convertido en algo que se echaba de menos en la televisión española. Se trata de un noticiario "diferente", con intenciones pedagógicas y que juega a traspasar el límite entre la información y la opinión haciendo uso de algo que a mí, personalmente, me agrada: la interpretación.
A lo que iba: acabo de ver, y especialmente escuchar, la voz enérgica de una señora viuda griega en este telediario. Ha llamado por teléfono a un debate político de la televisión griega. Allí, ha dicho que cobra una pensión de 360 euros con la que vive junto a su hijo estudiante. Y, con grito de rabia, ha afirmado haber votado siempre al partido conservador. Pero en las próximas elecciones del 25 de enero votará al Syriza (el Podemos griego, para entendernos).



Y lo hace apelando a un texto sagrado: la Biblia. Recuerda esta mujer, con el poder que da hablar sin colorantes ni conservantes de lo que uno vive, que el texto sagrado indica: el pueblo que es gobernado por hombres buenos es dichoso; el que lo es por hombres malos, se aflige. Para concluir, justifica el voto a Syriza por la mirada: esta viuda griega asegura que el candidato conservador tiene la mirada sucia, pícara; el del partido "del cambio" la tiene limpia.



Por supuesto, que un informativo español "interpretativo" emita esta llamada telefónica en un programa griego no es casual. No buscamos soluciones a los problemas: parece que el votante español como el griego busca hombres buenos, o, mejor, con buenas intenciones.

En estos momentos. En estos momentos tengo la sensación, con miedo a equivocarme, de que la emoción ha dado una potente patada a la razón. Temo el poder de las palabras calientes, de aquellas que llegan al corazón de la gente. Me dan miedo los discursos que hablan de sentimientos, de sensaciones, de bondades y maldades, de personas buenas y malas...

Con este panorama, parece que me alejo de la "ola del cambio" que se pretende establecer en la mentalidad española. ¡Qué quieren que les diga! Pues me alejo. Apelo, en estos momentos, a la razón, a las personas que, estadistas, gobiernan siguiendo unos patrones racionales. Habrá que corregir estas situaciones. Habrá que darle respuesta a la viuda griega, al estudiante universitario español o al padre de familia italiana. Y la solución no está en el corazón, no se engañen: está en la reflexión relajada, en la comparación con otras sociedades más avanzadas; está, en definitiva, en la razón.