domingo, 22 de septiembre de 2013

¿Han oído hablar de El Club de Archi?

La pregunta del título tiene muchas respuestas. Algunos dirán que las televisiones públicas sirven para mantener en el poder a gobernantes manipuladores; otras asegurarán que son utilizadas por las élites económicas para garantizar la venta de productos y servicios; y los habrá que piensen que son, simplemente, un reducto de enchufados que trabajan recibiendo y haciendo favores. En fin. ¡De todo hay en la viña del señor, digo yo!

Y como de todo hay, yo estoy en otro grupo de opinión, en el que afirma que las televisiones públicas cohesionan territorios, son vehículos de cultura, ayudan a mejorar la rutina diaria de los ciudadanos, llegan a ser responsables de la calidad democrática de un territorio. Soltado ya el rollo, vamos al grano. 




La televisión pública sirve para educar a los más pequeños de la casa. Lo hace por ejemplo El Club de Archi, la apuesta de la Televisión Canaria. Se trata de un programa infantil que, entre juegos y diversión, muestra qué es Canarias, su idiosincrasia y su riqueza natural. Lo hace además con gran calidad audiovisual. 


Si son canarios, tienen niños en casa y quieren que vean productos audiovisuales acordes a su edad y en los que pueden recibir formación adicional a la del colegio, no lo duden. Enciendan la "autonómica" los lunes por la mañanita para que los niños se despierten con El Club de Archi. 

Un último apunte: la actriz que protagoniza el programa, Cristina Quesada, promete. No la perdamos de vista. 

El Club de Archi estrena este lunes un programa despertador

martes, 17 de septiembre de 2013

¿Cuánto cuesta hablar con el "vidente" Sandro Rey?

Correo electrónico, enviado. Pido en él información sobre el caché y precios para un consulta privada con el "vidente" venido a más Sandro Rey. Encuentro el contacto en su página web oficial, un espectáculo kitsch que dice mucho del personaje.


Quiero saber cuánto cuesta hablar con él para que me ayude en mi vida prediciendo el futuro. Y recibo lo siguiente: charlar durante 60 minutos con Sandro Rey cuesta 250 euros.
En otras palabras, son 4 euros y 10 céntimos por minuto. Son 6 céntimos cada segundo de conversación.
El proceso es el siguiente: tengo que dar mi teléfono para que, fuera de su programa de televisión, me llame directamente. Debo tener, eso sí, una cuenta Paypal para hacer entrega del dinero. 

El correo se cierra con una palabra en plural que ha hecho famoso al vidente: bendiciones. 


sábado, 14 de septiembre de 2013

Televisión Española busca audiencia en el cielo

TVE estrena un nuevo programa que me gusta: España a ras de cielo, presentado por el actor Francis Lorenzo y cuyo estreno podremos ver el próximo martes 17 de septiembre.



No me pienso perder este programa: traslada a la televisión lo que muchos sentimos cuando viajamos en avión y vemos, bajo nosotros, ciudades, islas, cordilleras...


Pero, ¡ojo! TVE no es original al plantear este tipo de formatos. Siempre he sido fan, muy fan, de Canarias, un paseo por las nubes: hablo de un programa con guión excelente y que invitaba en Televisión Canaria a conocer las islas, su patrimonio y su historia de una manera muy entretenida y completa.
http://canariasunpaseoporlasnubes.blogspot.com.es/


Otro ejemplo de formato casi idéntico al nuevo programa planteado por TVE es también Andalucía desde el cielo

No es la primera vez en los últimos meses que TVE acude a formatos de éxito en otras cadenas para remontar en los ránkings de audiencias. Recuerdo: el programa Entre todos, en litigio con la televisión pública andaluza por considerarlo una copia exacta de Tiene arreglo

Dicho todo esto, concluyo: la idea de España a ras de cielo no es nueva pero sí atractiva. No me quiero perder su estreno. 





jueves, 12 de septiembre de 2013

Las mil caras de Sandro Rey

He de suponer, con miedo a equivocarme, que no todos los españoles conocen a Sandro Rey. Espero y deseo que sean muchos los que no tengan la mínima idea de quién es realmente este showman de la televisión nocturna. Por eso, me atrevo a dar un perfil sencillo: Sandro Rey es un vidente venido a más. 



Este genio predice, o al menos eso intenta, el futuro de los espectadores que contactan con él. Lo hace a través de líneas telefónicas a las que llaman personas desesperadas que preguntan tanto por amoríos imposibles como por su salud. Y, entre todo ello, este personaje provoca las risas de los incrédulos con  algunos de sus comentarios estúpidos que buscan la atención de otros medios y, al fin, su popularidad. 

Su objetivo: ser conocido por una gran masa de público. ¿Les cuento por qué? Porque Sandro Rey sueña con ser actor de cine. De hecho, lo ha logrado - o al menos eso afirma en su página web oficial- después de ser partícipe en una corta escena de la película Operasiones Espesiales, del director español Paco Soto. Cine pero también teatro: es protagonista de un espectáculo, Almas del Universo, con el que pretende recorrer España. 

Dice también la página oficial de este vidente que ha llegado a ser requerido por "miles" de radios españolas que ven en él un personaje digno de las mejores y más profundas entrevistas. Pero donde mejor lo tratan, dice, es la prensa. "Periódicos como El País, El Mundo o La Vanguardia hablan de Sandro Rey". Y la mejor crítica que han hecho de él: "Sandro Rey da más trabajo que Rajoy". 


Y lo mejor, lo que más llena de satisfacción a este adivino, es el amor. ¿Y cómo lo refleja? Regalando un "spot de boda totalmente profesional" el día en el que uno contrae matrimonio. Lo voy a intentar explicar mejor: Sandro Rey - sí, el vidente venido a más- realiza un vídeo-monológo con palabras de amor que puedes regalar a unos novios que se van a casar. ¿Es o no es el colmo?

Por si todo esto fuera poco, te propone una consulta presencial privada. ¿Algo más que añadir? 

Pues sí: no duden leer el próximo post de este blog. Intentaré hacer una detallada lista de precios y caché de este popular personaje televisivo que nos hace reír. Pero que también puede hacer mucho daño a los crédulos. Y puede ganar mucho dinero estafando a más de uno. 



domingo, 1 de septiembre de 2013

Bertín Osborne sobre Gibraltar en El Gran Debate con la puerta “entornada”

El Gran Debate, el programa que Telecinco propuso para las noches de los sábados en sustitución de La Noria, apaga sus bombillas pero no cierra sus puertas. Curiosa manera, extraña forma de poner fin a un proyecto televisivo. Dice su presentador, Jordi González, que El Gran Debate deja su puerta “entornada”, vocablo que nunca había oído pero que viene a significar algo así como “entreabierta”. Me pregunto quién, cuándo, dónde, cómo y por qué:
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¿Quién tendrá la fuerza para empujar esa puerta y devolver a la sociedad española una confrontación ficticia y poco racional de ideas como la de este programa?
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¿Cuándo regresará a las pantallas un programa que invita a los ciudadanos a saber venderse ante una entrevista de trabajo de la mano de Risto Mejide? Empiezo a estar harto de esa expresión: saber venderse... ¡Vaya! ¿Y a mí que me habían dicho que ante todo una buena y recta persona nunca debe venderse por un salario?
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¿Dónde acabará, en qué cadena o grupo de comunicación, este proyecto televisivo que llama experto a quien ni de lejos lo es.
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¿Cómo sobrevivirá al poco interés ciudadano por la ya vieja política española?
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¿Por qué tienen que dejar una puerta “entornada” cuando la audiencia ha decidido que deben cerrarla cuanto antes?

VÍDEO: Bertín Osborne opina sobre el conflicto con Gibraltar


Espero que ninguna de las preguntas anteriores tenga respuesta. Porque si El Gran Debate volviera a la televisión no soportaría volver a ver a Bertín Osborne opinando sobre las relaciones de España y Reino Unido a raíz del conflicto con Gibraltar; sobre el duro proceso de reajuste en la banca española; sobre la enmarañada legislación que intenta proteger a los desahuciados; sobre la política fiscal… Y todo ello, venido a más, con exceso de ego, con aires de grande de España. El hombre que una vez dijo: “Yo nunca, en mi vida, he preparado un programa de televisión y apenas me leo un guión”. Ese hombre, ese Bertín Osborne, que opina buscando casi sentar cátedra, fue uno de los invitados estrella del último programa de El Gran Debate.


Una televisión así no la quiero. Soy de los que cada día tienen más claro que el ciudadano busca formatos diferenciados: los debates son debates, el corazón es corazón, el informativo es informativo. Las fórmulas que mezclan no hacen bien a los audímetros.