Me he despertado esta mañana con una bombilla encendida en mi mente. He llegado a una conclusión espectacular, inmensa, única, que cambiaría para siempre la historia de la humanidad. ¡Guau!
He descubierto la solución contra el paro en España. Es una respuesta rápida, inmediata y megasencilla.
¿Se las cuento? Vale, comparto mi genial idea con todos ustedes: ¡dejar de ver la final de la Champions!
Imaginen por un momento que nadie (o casi nadie) se anima a ver esta tarde por la tele la finalísima. Imaginen que mañana los análisis de audiencia de las televisiones en nuestro país nos dejan un dato del 1 o 2% para Antena 3. ¿Por qué? Porque los españoles han decidido protestar contra el paro y/o el empleo precario (ya saben, trabajar más que antes o que otros cobrando la mitad o la cuarta parte de su sueldo). Y lo han hecho así: negándose a ver el fútbol.
El lunes, créanme, los políticos y los empresarios de este país anunciarían planes de empleo efectivos para reducir, en pocos meses, en pocos días o en pocas horas, las listas del paro.
La idea es descabellada. Lo sé. ¿Pero se imaginan?
Por cierto, esta tarde, yo también, veré el partido.
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