Poco a poco, llega a ti. Te extiende la mano. Le das las gracias por aceptar la entrevista. Por el pinganillo te dicen que queda un minuto para que la conexión en directo. Durante esos larguísimos sesenta segundos, el Rey apenas te mira: atiende con gestos los consejos de su asesor. ¿Tengo bien colocada la corbata? ¿Qué tal mi pelo? ¿Qué ha dicho mi hermana Cristina: se divorcia de Urdangarín o no? ¿Mi madre sigue fuera de España? ¿Y mi padre sigue queriendo controlarlo todo?
Atención: estás en directo. Y ¡zás! Ocurre esto:
No es porque sea el Rey... A un entrevistado, qué quieren que les diga, el periodista debería estar acostumbrado a tratarlo de usted. De todos modos, sabiendo que los Borbones españoles son los "reyes" de la ruptura del protocolo, pues... Tampoco será para tanto.
En fin: al Rey mejor de usted. Pero, ¡no nos enseñamos con nadie por esta cuestión!
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