domingo, 1 de septiembre de 2013

Bertín Osborne sobre Gibraltar en El Gran Debate con la puerta “entornada”

El Gran Debate, el programa que Telecinco propuso para las noches de los sábados en sustitución de La Noria, apaga sus bombillas pero no cierra sus puertas. Curiosa manera, extraña forma de poner fin a un proyecto televisivo. Dice su presentador, Jordi González, que El Gran Debate deja su puerta “entornada”, vocablo que nunca había oído pero que viene a significar algo así como “entreabierta”. Me pregunto quién, cuándo, dónde, cómo y por qué:
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¿Quién tendrá la fuerza para empujar esa puerta y devolver a la sociedad española una confrontación ficticia y poco racional de ideas como la de este programa?
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¿Cuándo regresará a las pantallas un programa que invita a los ciudadanos a saber venderse ante una entrevista de trabajo de la mano de Risto Mejide? Empiezo a estar harto de esa expresión: saber venderse... ¡Vaya! ¿Y a mí que me habían dicho que ante todo una buena y recta persona nunca debe venderse por un salario?
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¿Dónde acabará, en qué cadena o grupo de comunicación, este proyecto televisivo que llama experto a quien ni de lejos lo es.
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¿Cómo sobrevivirá al poco interés ciudadano por la ya vieja política española?
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¿Por qué tienen que dejar una puerta “entornada” cuando la audiencia ha decidido que deben cerrarla cuanto antes?

VÍDEO: Bertín Osborne opina sobre el conflicto con Gibraltar


Espero que ninguna de las preguntas anteriores tenga respuesta. Porque si El Gran Debate volviera a la televisión no soportaría volver a ver a Bertín Osborne opinando sobre las relaciones de España y Reino Unido a raíz del conflicto con Gibraltar; sobre el duro proceso de reajuste en la banca española; sobre la enmarañada legislación que intenta proteger a los desahuciados; sobre la política fiscal… Y todo ello, venido a más, con exceso de ego, con aires de grande de España. El hombre que una vez dijo: “Yo nunca, en mi vida, he preparado un programa de televisión y apenas me leo un guión”. Ese hombre, ese Bertín Osborne, que opina buscando casi sentar cátedra, fue uno de los invitados estrella del último programa de El Gran Debate.


Una televisión así no la quiero. Soy de los que cada día tienen más claro que el ciudadano busca formatos diferenciados: los debates son debates, el corazón es corazón, el informativo es informativo. Las fórmulas que mezclan no hacen bien a los audímetros. 

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