El Gran Debate, el programa que Telecinco
propuso para las noches de los sábados en sustitución de La Noria, apaga sus
bombillas pero no cierra sus puertas. Curiosa manera, extraña forma de poner
fin a un proyecto televisivo. Dice su presentador, Jordi González, que El Gran
Debate deja su puerta “entornada”, vocablo que nunca había oído pero que viene
a significar algo así como “entreabierta”. Me pregunto quién, cuándo, dónde,
cómo y por qué:
-
¿Quién tendrá la fuerza
para empujar esa puerta y devolver a la sociedad española una confrontación
ficticia y poco racional de ideas como la de este programa?
-
¿Cuándo regresará a las
pantallas un programa que invita a los ciudadanos a saber venderse ante una
entrevista de trabajo de la mano de Risto Mejide? Empiezo a estar harto de esa
expresión: saber venderse... ¡Vaya! ¿Y a mí que me habían dicho que ante todo
una buena y recta persona nunca debe venderse por un salario?
-
¿Dónde acabará, en qué
cadena o grupo de comunicación, este proyecto televisivo que llama experto a
quien ni de lejos lo es.
-
¿Cómo sobrevivirá al poco
interés ciudadano por la ya vieja política española?
-
¿Por qué tienen que dejar
una puerta “entornada” cuando la audiencia ha decidido que deben cerrarla
cuanto antes?
VÍDEO: Bertín Osborne opina sobre el conflicto con Gibraltar
Espero que ninguna de las preguntas
anteriores tenga respuesta. Porque si El
Gran Debate volviera a la televisión no soportaría volver a ver a Bertín
Osborne opinando sobre las relaciones de
España y Reino Unido a raíz del conflicto con Gibraltar; sobre el duro
proceso de reajuste en la banca española; sobre la enmarañada legislación que
intenta proteger a los desahuciados; sobre la política fiscal… Y todo ello,
venido a más, con exceso de ego, con aires de grande de España. El hombre que una vez dijo: “Yo nunca,
en mi vida, he preparado un programa de televisión y apenas me leo un guión”.
Ese hombre, ese Bertín Osborne, que opina buscando casi sentar cátedra, fue uno
de los invitados estrella del último programa de El Gran Debate.
Una televisión así no la quiero. Soy de los
que cada día tienen más claro que el ciudadano busca formatos diferenciados:
los debates son debates, el corazón es corazón, el informativo es informativo. Las
fórmulas que mezclan no hacen bien a los
audímetros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario