viernes, 28 de marzo de 2014

Marta Sánchez se cabrea con la tele

Se ha enfadado. Dice que hacer la payasa no está en su contrato como jurado del programa Tu cara me suena. Afirma que, sin quererlo, ha formado parte de una estrategia para generar mayor índice de audiencia: meterse con ella, con sus actitudes y con sus decisiones. El pique, el mosqueo, el cabreo aumenta el número de telespectadores. De hecho, la tercera edición de este programa de Antena 3 dejará tres recuerdos: las magníficas actuaciones de su ganadora, Edurne; el patético comportamiento de Melody y las frases de Marta Sánchez. 


El enfado de la cantante de "Desesperada" va más allá de un programa: va contra un sistema que se ha impuesto en los programas de televisión española. El talento ya no es el protagonista de la tele española. El talento pasa a un segundo plano para dejarle paso a los agrios jueces, a los jurados antipáticos, a quienes toman decisiones haciendo espectáculo. 

Admitámoslo: el primero en entender que los talent shows necesitaban jurados que hicieran espectáculo fue Risto Mejide en Operación Triunfo. Y hoy, todos los programas lo copian, resultando más que forzada su actitud negativa y excesivamente crítica (desde Master Chef, pasando por A Bailar y llegando a Mi madre cocina mejor que la tuya). 

Estoy de acuerdo con Marta Sánchez: a los jurados se les debe pagar por juzgar, ser divertidos si se quiere, pero no para hacer los payasos. 

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