El enfado de la cantante de "Desesperada" va más allá de un programa: va contra un sistema que se ha impuesto en los programas de televisión española. El talento ya no es el protagonista de la tele española. El talento pasa a un segundo plano para dejarle paso a los agrios jueces, a los jurados antipáticos, a quienes toman decisiones haciendo espectáculo.
Admitámoslo: el primero en entender que los talent shows necesitaban jurados que hicieran espectáculo fue Risto Mejide en Operación Triunfo. Y hoy, todos los programas lo copian, resultando más que forzada su actitud negativa y excesivamente crítica (desde Master Chef, pasando por A Bailar y llegando a Mi madre cocina mejor que la tuya).
Estoy de acuerdo con Marta Sánchez: a los jurados se les debe pagar por juzgar, ser divertidos si se quiere, pero no para hacer los payasos.
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